Padre del Cielo y Señor de la historia,
que edificas y santificas con Tu Divina Presencia,
que arrancas y levantas,
que derribas y construyes con ternura de madre,
con tenacidad de padre;
Al despuntar el sol, Tú Gran Artífice,
Tú Arquitecto Divino,
despierta en mi corazón el deseo de trabajar en la obra de Tus manos!
Derrama Tú Espíritu Santo,
Que no sea un espectador pasivo en la construcción!
Que las capacidades que me diste,
aquellas que tu Amor hizo crecer en mi estén a Tu disposición.
¡Que todo encuentre unidad y se integre porque morada Tuya quisiste hacerme!
Vuelve a derramar de la Fuente de Vida
el Agua Bautismal que regenera;
Abre con el golpe de Tu cayado las aguas del mar que debo enfrentar!
y dame un corazón agradecido,
un corazón manso, un corazón esperanzado.
Amen.
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