viernes, 16 de octubre de 2015
FRUTOS
"Pertenecemos a una generación que quiere ver el fruto de su trabajo. Queremos ser productivos y ver con nuestros propios ojos lo que hemos hecho. Frecuentemente nuestro testimonio de Dios no nos lleva a resultados tangibles. Jesús mismo murió, como un fracasado, en una cruz. No tuvo un éxito del que sentirse orgulloso Con todo, los frutos de la vida de Jesús van más allá de cualquier escala de medir humana.
Como fieles testigos de Jesús debemos confiar en que nuestras vidas serán igualmente fructíferas, aunque no podamos ver sus frutos. Los frutos de nuestras vidas quizás apenas sean visibles a los ojos de quienes vivan después de nosotros. Lo importante es lo bien que amemos. Dios hará que nuestro amor sea fructífero, tanto si vemos sus frutos, como si no."
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