Señor, danos la gracia de tener un corazón
que Te acoge acogiendo a tus enviados,
a tus profetas, a tus amigos.
Danos la sabiduría que brota del amor,
la que une, tiende puentes,
abraza, perdona, restaura y comprende.
Danos la mansedumbre de tus entrañas;
Danos la osadía del profeta y la ternura de Tu Madre.
Amén!
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