martes, 13 de octubre de 2015

La amistad que tiene raíces nunca muere

Las semillas de amistad están almacenadas
en el suelo fértil y generoso de nuestro corazón

Imagina aquel amigo que durante años vivió contigo, compartió sueños, bromas, sonrisas, luchas y conquistas. De algún modo, esta persona dio más color y brillo a tu vida, pero por algún motivo, necesitó partir. El tiempo fue pasando, alimentado por buenos recuerdos y algunas vagas noticias.
¿Falta de iniciativas, descuido, respeto al proceso que cada quien necesitó vivir? Tal vez un poco de todo eso, pero lo correcto es que una amistad verdadera nunca muere, ella es como la buena semilla que, guardada en la tierra de los corazones, espera en silencio el tiempo de germinar y volver a florecer. Entonces, cuando el viento de los acontecimientos sopla y el sol de la primavera llega, esta amistad se despierta, rompe el silencio del tiempo y revela la fuerza que jamás dejo de poseer.

Amistad que tiene raíces nunca muere2
Foto: Wesley Almeida/cancaonova.com

Hace unos días me reencontré a una amiga después de varios años de distancia. De hecho, años que fueron marcados por grandes acontecimientos en nuestras vidas: matrimonio, cambio de país, pérdida de parientes, conclusión de universidad, conquista de títulos… En fin, muchas cosas pasaron sin compartir. Poco a poco, el contacto que era diario paso a ser semanal, mensual, después anual y casi dejó de existir.
Honestamente, incluso dudaba de que aquella amistad aún tuviera mucha importancia. Sin embargo, el casual reencuentro me demostró lo contrario. Con brazos abiertos, mi amiga vino en mi dirección sonriendo como si no hubiera espacio de tiempo entre el ayer y el ahora. Mientras me abrazó fuertemente, me dijo una frase que define el sentimiento: “¡Donde existen raíces, las personas pueden descansar. Que bueno verte de nuevo!”

La amistad estaba allí totalmente viva, lista para florecer y embellecer todo a su alrededor. Nos regocijamos al recordar nuestras aventuras, bromas y nuestra forma sencilla y quizás ingenua de profundizar en la fe. Vivíamos todo como una señal de Dios, y tratar de agradar era siempre nuestro objetivo. Escuchando las historias, pensé en silencio: “Necesitamos continuar viendo las señales de Dios en todas las cosas. ¡Él no cambia!” Recordemos también cómo reíamos sin motivos. La vida parecía más liviana y los compromisos eran otros, sonreíamos tanto que a veces, dependiendo del ambiente, era necesario disimular la mirada de las situaciones divertidas para no dar una buena carcajada y ser incomprendidas. Pensando en  eso, me di cuenta también que necesito sonreír más.

La sonrisa es una de las mejores cosas de la vida, trae numeroso beneficios a nosotros y a quien esta a nuestro alrededor, y lo mejor es que no cuesta nada. ¿Por qué nos volvemos tan serios en nuestros días? Dicen que un amigo que siempre nos hace reír merece el cielo como recompensa. Bueno, recordé también nuestras oraciones en común. Habíamos quedado en rezar por las intenciones de la otra y ofrecer sacrificios diversos, hasta alcanzar la gracia deseada. Me di cuenta que he rezado poco por mis amigos y estoy retomando esta práctica.

Reencontrar a aquella amiga me ayudó a reencontrarme también, y este, además, es un de los papeles primordiales de la verdadera amistad, porque nos pone delante de nosotros mismos, hace que seamos quienes realmente somos y nos incita a ser mejores de lo que imaginábamos ser. De hecho, es por eso que la Palabra de Dios dice en Eclesiástico 6, 14: “Un amigo fiel no tiene precio, no hay manera de estimar su valor” ¡Soy muy agradecida a Dios por cada tesoro que Él me permitió encontrar!

Por el bien que esta experiencia me hizo, propongo que hoy pienses con cariño en las semillas de amistad que están guardadas en el suelo fértil y generoso de su corazón. Estas semillas pueden germinar y regresar a florecer para embellecer su vida e influenciar en todo tu alrededor.

Probablemente, hoy sea un día oportuno para manifestar a tus amigos lo mucho que ellos son preciosos e importantes en tu vida. Entonces, no pierdas tiempo y va al encuentro de ellos sea como sea. De esta forma,  estarás alimentado las semillas de vida y alegría que llamamos de amistad.

Dijanira Silva
Misionera de la Comunidad Canción Nueva
fuente PORTAL CANCIÓN NUEVA EN ESPAÑOL

No hay comentarios:

Publicar un comentario