Padre y Señor Nuestro,
cuando mis ojos se abren al día,
cuando descubro que no existe noche
que la luz no pueda quebrar;
¡Bendigo Tu Nombre, Santo y Poderoso!
Porque eres Santo, porque eres Misericordioso;
porque eres Rico en Paz, porque eres el Dios de todo Consuelo!
Tú sabes lo que necesito,
conoces mis carencias y necesidades,
Desde la aurora las presento ante Vos,
toda la verdad de mi vida aquí, presente ante Ti,
porque necesito Tu ayuda y Tu Bendición.
Reconozco mis carencias,
ante Ti están expuestos mis dolores más sentidos,
mis angustias más extremas.
Concédeme lo que necesito.
Derrama la Gracia de Tu Espíritu Santo
y otórgame unidad y comprensión,
prudencia y sabiduría,
Bendice mi salud, mi familia y trabajo,
mi comunidad y mis amigos;
Sé para nosotros Fuente de toda Alegría
Raíz de toda Salvación.
Amén!
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