Padre y Señor del Cielo,
¡Bendito sea Tu Nombre Eterno y Glorioso!
Bendito Tu Amor Paciente,
Tu Amor Generoso, sin medida!
Bendito Tu regazo de Padre,
regazo de ternura, refugio y consuelo!
Alabado seas en la mañana,
alabado seas en las profundidades del mar,
y las cimas de los montes;
Derrama en nuestro despertar Tu Espíritu de Amor,
derrama Tu Gracia;
Que Contigo podamos dar la batalla del día sin temor;
Que Contigo salgamos vencedores de toda tribulación;
Que Contigo seamos espacio de encuentro;
Palabra de consuelo, Abrazo cálido...
Amén
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