Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?". Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
RESONAR DE LA PALABRA
Juan Lozano, cmf
Querido amigo/a:
¿Cuándo alejaré de mi la opresión, el dedo acusador y la calumnia? ¿Cuándo ofreceré al hambriento de lo mío? Cuando lo haga brillará tu luz, Señor, en mis tinieblas. Qué bella oración de Isaías para abrir el cofre de la Palabra de hoy. Y continúa: “Serás un huerto bien regado, un manantial de aguas que no engañan”. “Te llamarán reparador de brechas, restaurador de senderos”. Esto quiero vivir Señor en esta Cuaresma recién estrenada. Para esto me estoy preparando.
Sábado, día más relajado para tener un tiempo más reposado, para estar con el Señor. Ni siquiera en sábado el Señor descansa; hoy llama a un publicano a seguirle. Hoy nos llama a ti y a mí, también un poco “publicanos”, a avanzar en nuestro seguimiento. Un seguimiento que nos lleva a una vida feliz y plena.
…Se levantó y lo siguió. Sólo un corazón disponible es capaz de levantarse. Levantarse implica dejar todo lo que estás haciendo, dar prioridad a quien te llama, renunciar. No se puede permanecer sentado en el mostrador de los impuestos y seguir a Jesús al mismo tiempo.
El seguimiento implica cambio de dirección. Este es el problema que, en ocasiones, nos impide avanzar en la vida de fe: nos da miedo levantarnos y abandonar nuestras seguridades, a veces preferimos una “mediocridad” segura a arriesgarnos por una vida en plenitud. El profeta Isaías lo explica muy bien en la primera lectura: …cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.
Cuando somos capaces de avanzar en el seguimiento de Jesús porque superamos el inmovilismo que nos estanca, nuestro corazón se alegra, hace fiesta. El banquete de Jesús con Leví expresa la alegría del encuentro. Jesús está deseando sentarse a nuestra mesa. Es necesario estar muy atentos para escuchar sus llamadas y estar vitalmente dispuestos a levantarnos y dejar lo que tengamos entre manos para abrir la puerta a nuestro Señor, aquel que viene a traer mucha paz y alegría a nuestra vida. ¿Lo estoy? Que este sábado sea un día propicio para ello. ¡Feliz jornada!
fuente del comentario CIUDAD REDONDA
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