¡Eres un vencedor! Ya eres un campeón desde el punto de partida y tienes que seguir siendo victorioso hasta el final, pero todo es una cuestión de luchar. Quien te atrae es Dios, y es Él quien te hace victorioso. El secreto es la apertura de corazón. La amistad es una donación de igual a igual, en la que se debe entregar todo. No puedo pensar que no tengo nada para dar a Dios. Me doy a mí mismo y lo recibo. Él es mi amigo a quien amo y estoy llamado a acogerlo.
Es Dios quien te atrae a la victoria sobre sus problemas, para que seas feliz y te realices, incluso con ellos. Si no te dejas atraer por Dios, acabarás volviéndote un derrotado, un infeliz y miserable. Dios no te creó para eso. La tentación hace de todo para te apartes de Él y sigas tus pensamientos y tu falta de voluntad. A causa de tus emociones que están confusas debido a los problemas, acabas quedándote indispuesto y despreocupado de la adoración. Pero debes saber que Dios te está atrayendo.
El Señor me creó para adorarle, por eso me atrae y me empuja. Recemos: "Señor, me estoy sintiendo indispuesto, me siento como si una fuerza me empujase para atrás. ¡Señor, sácame y arrástrame hacia Ti! Espíritu Santo, enséñame a adorar, Contigo, al Padre y a Hijo".
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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