La sanación física y espiritual que necesitamos se encuentra en la adoración eucarística. Está en nosotros acercarnos al trono de la gracia con el propósito de ser tocados por la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.
Necesitamos adorar en espíritu y en verdad. Incluso en la debilidad, usar nuestra boca, nuestra mente, nuestros sentimientos, nuestras rodillas para adorar a Jesús. La sanación vendrá sobre nosotros. Esta es la manera en que el Señor actúa.
Jesús señaló el camino para la sanación: La adoración. El Padre está buscando adoradores en espíritu y en verdad. Adorar en espíritu quiere decir poner nuestro espíritu en adoración. Tenemos la gracia del bautismo en el Espíritu Santo, estamos llenos de sus dones, Él ora en nosotros. Aunque nuestra carne esté enferma, podemos orar en el espíritu.
Tal vez estemos con el alma llena de dolor debido a los problemas y situaciones que parecen ser difíciles de resolver. Por eso no tenemos palabras para adorar al Señor. Pero en la carta de Pablo a los Romanos leemos: "Igualmente, el mismo espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables" (Romanos 8:26).
No tenemos palabras para expresarnos ante Jesús Eucaristía, pero el Espíritu viene en nuestro auxilio. Si te entregas a este tipo de oración, incluso en medio del dolor y las lágrimas, estarás adorando en Espíritu.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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