Estamos invitados a subir la montaña del Calvario con Jesús. Esto significa asumir las cruces de nuestro día a día y, ante las dificultades y los problemas, asumir la postura del 'hombre nuevo', de la 'mujer nueva' que no se desespera, sino que confía.
Subir a la montaña es entrar en intimidad con el Señor en la oración. La montaña es el lugar del encuentro con el Señor; y la vía, el camino es la oración. En este tiempo, estamos llamados a la conversión de las cosas ordinarias, de las situaciones de la vida cotidiana.
Subir a la montaña con el Señor significa enfrentarse a la vida sin escapar de los problemas, con la certeza de que Él está con nosotros y no caminamos solo. Dios nos extiende la mano y, porque estamos juntos, podemos seguir adelante sin desanimarnos.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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