Uno de los mayores dones que Dios concedió a la humanidad fue la capacidad de generar vida. Dios nos hizo participantes directos del hermoso proceso de traer al mundo a una persona. Y para que esa gracia sucediera, el Señor quiso precisar a la mujer como una integrante esencial de ese proceso vital del ser humano.Desde la creación del mundo, las mujeres son parte de este proceso de gestación de hombres y mujeres que Dios mismo eligió para nacer. Son innumerables los argumentos que podemos presentar para validar la importancia de ellas, aquí me detengo en el valor de la gestación de vida, pero podría construir una lista gigantesca de dones manifestados al mundo por medio de las mujeres. Hago hincapié en que la fecundidad de las mujeres no se limita al útero, pues, existe un sinnúmero de niños gestados en el corazón.La mujer es parte integral proyecto de salvación del Señor y necesitan confiar en Dios porque hoy hay una verdadera guerra encubierta, una conspiración en contra de ellas, un gran esfuerzo por desfigurar su feminidad. Dios te quiere que te cuides mucho mujer, porque Él te quiere y te necesita, como preciso de la Virgen María.Tu no puede andar en tonterías, no puedes "caer en las armadillas" del mundo. ¡Dios te necesita! Tus hijos, tu marido, tu familia y toda la sociedad necesitan de ti. Fija tu corazón en Dios, coloca tu meta en Jesús. Eres mucho más que la sal, la luz y la levadura, de los cuales el Señor habló. Por eso, no pierdas tu calidad de "sal", "levadura" y, principalmente, de "luz" para este mundo.Me gustaría, a partir de la Virgen María y de las innumerables mujeres de la Biblia, que fueron instrumentos de salvación para muchos, hacer un simple y fuerte homenaje a todas las mujeres del mundo! Quiero reconocer su dignidad de mujer, a partir de la santidad de la Virgen María. Que esa palabra se cumpla: "Bendita eres entre las mujeres", que Nuestra Señora sea modelo de vida para todas las mujeres y que ellas puedan, con la propia vida, bendecir a la Madre de Dios.Que ustedes tengan conciencia de que su sensibilidad e inteligencia han sido usadas por Dios, para ser canal de sustento para toda nuestra obra. Muchas gracias, porque has asumido con nosotros esta misión. Quiero terminar dejando para todas ustedes mi gratitud y mi bendición.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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