lunes, 2 de octubre de 2017

Dios nos llama sus amigos


















«Yo te llamé por tu nombre, tú eres mío. Eres de gran precio a mis ojos, eres valioso y yo te amo.» (Is 43, 1;4). Estas palabras que Isaías pone en boca de un Dios que nos ama entrañablemente, Jesús las repite y concreta en diversos momentos de su vida. Desde la elección de aquellos a los que llama para que estén con Él al servicio de su misión (Mc 1, 16-17) hasta su "confesión" de amistad: «Ya no os llamo siervos ... sino amigos» (Jn 15,15).

¿Cuáles son los rasgos distintivos de los auténticos “amigos” de Jesús?

Dejarse seducir. «Me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir» (Jer 20,7). Es una persona que se ha encandilado con Jesucristo. Diríamos que Jesús se ha plantado en el centro de su corazón y desde allí fecunda y riega su vida entera.

La confianza ilimitada y absoluta en Jesús, hasta poder decir con Pedro: «¿A quién iremos, Señor? Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6,68).

Proyecto de vida: Jesús. El proyecto de vida de quien ha sido seducido por Él y ha puesto en Él su confianza no podrá ser otro que el del mismo Jesús: el amor grande al Padre Dios, el cuidado de los débiles, el aprecio de los pobres... en definitiva, liberar, sanar, dar vida, ofrecer paz y alegría… Un verdadero seguidor de Jesús acepta la persona, la misión y el destino de Jesús. Se compromete con él en fidelidad. Une su persona a la de Jesús y su destino al suyo. Vive para Él.

Es Signo de contradicción. Asume la contradicción y la persecución desde el espíritu de las bienaventuranzas. Seguir a Jesús, ser su amigo, no sólo es ser seducido, sino que lleva consigo su cuota de contradicción. (Mt 5,11-13)

Una última característica: la alegría habitual, en ocasiones intensa. Esa alegría que le hace a uno sentirse a gusto en su propia piel, estar sereno en medio de las contrariedades, ser capaz de comunicar esperanza cuando a su alrededor sólo encuentra desilusión y vacío. En el seguimiento de Jesús no todo es contradicción; está también la consolación. «Estad siempre alegres en el Señor» (Flp 4,4).

David Fornieles 
Coordinador Nacional 
del Movimiento Eucarístico Juvenil en España

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