Con Jesús por la mañana.
"Es oración cuando no sólo trabajamos con nuestras manos sino también con nuestros corazones, es decir, cuando nuestro trabajo nos lleva a una relación más cercana con la creación de Dios y con la tarea humana de trabajar en la Tierra de Dios" (Henri Nouwen). ¿Qué te dicen a ti estas palabras? ¿Encuentras a Dios en tu trabajo o sólo buscas la recompensa material o económica? Ofrece a Dios tu trabajo, para que Él lo haga fecundo, como un niño ofrece sus pequeñas labores a su padre que lo mira con agrado. Ora por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde
“Jesús les dijo: El que recibe a este niño en mi nombre me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado. Porque el más pequeño de ustedes, es el más grande” (Lc 9, 48). El encuentro con Jesús nos lleva al deseo de imitarle. ¿Eres humilde y sencillo en el trato con los demás o tienes modos altaneros? Repite al ritmo de tu respiración “Señor, concédeme la gracia de crecer en humildad”, mientras continúas poniendo en práctica el propósito del día.
Con Jesús por la noche.
Explorar tu interioridad. Agradece el día que termina. ¿Qué sentimientos estuvieron presentes durante el día? ¿Qué temores tienes? ¿Cuáles son las situaciones que te hacen feliz? ¿Cuidas de aquello que te hace feliz?
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