Una pelea es una discusión acalorada con la que no se pretende esclarecer algo, sino reivindicarse o defenderse a uno mismo. Hay que tener gran autodominio para poder discutir sin pelearse.
Las siguientes sugerencias quizá te sirvan de ayuda:
—No digas nada que pueda enfadar al otro. Las peleas siempre tienen que ver con el carácter y sus argumentos suelen estar inspirados por la ira y el orgullo antes que por la razón.
—Respeta la opinión del otro. Es un error intentar imponer tu opinión: denota más inteligencia hacer sugerencias y dejar que el otro extraiga sus propias conclusiones.
—Si estás equivocado, reconócelo enseguida y con rotundidad. En lugar de intentar defenderte, admite que la otra parte tiene razón: de ese modo, es probable que adopte una actitud generosa y magnánima.
—Si tienes razón, intenta convencer al otro con tacto y amabilidad. La gente puede ver reflejada la firmeza o la debilidad de tu carácter, y también tu caridad, en tu manera de debatir con los demás un tema controvertido.
—Ten la habilidad de percibir cuándo alguien se ha sentido herido. Si estáis discutiendo sosegadamente y notas que el otro se ha tomado algo a pecho al pasar del terreno de la inteligencia al de los sentimientos, es el momento de dejar de discutir.
—Sé comprensivo con las ideas y los deseos de los demás. Si te encuentras con alguien enfadado, con prejuicios y poco dispuesto a razonar, no se merece que lo desprecies por ser como es. Compadécelo.
Lawrence G. Lovasik
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