Cornelio Tácito fue un gran político del Imperio Romano, senador, cónsul, gobernador..., se puede decir que conoció de primera mano todos los recovecos del poder. Su dedicación a la oratoria le ganó muy pronto un alto renombre gracias a su elocuencia; se había formado en contacto con los mejores abogados de su tiempo. Se le atribuye a él esta frase: “Para quienes ambicionan todo el poder no existe una vía intermedia entre la cumbre y el precipicio”.
Creo que no hace falta dar nombres actuales para ilustrar la sabiduría de estas palabras. La ambición desmedida del poder lleva siempre a la autodestrucción ¿Cómo no se darán cuenta tantos contemporáneos nuestros? El poder en el campo político, económico o profesional, es necesario para realizar los proyectos que uno se ha propuesto: es el uso eficaz de los medios para conseguir el fin, pero el poder absoluto emborracha y oscurece la razón conduciendo al desastre.
Todo poder es un arma de doble filo, que puede ayudar o destruir. Cuando no se modera sabiamente la hecatombe está asegurada.
fuente: Ser Persona
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