lunes, 2 de octubre de 2017

Los estragos del poder






Cornelio Tácito fue un gran político del Imperio Romano, senador, cónsul, gobernador..., se puede decir que conoció de primera mano todos los recovecos del poder. Su dedicación a la oratoria le ganó muy pronto un alto renombre gracias a su elocuencia; se había formado en contacto con los mejores abogados de su tiempo. Se le atribuye a él esta frase: “Para quienes ambicionan todo el poder no existe una vía intermedia entre la cumbre y el precipicio”.

Creo que no hace falta dar nombres actuales para ilustrar la sabiduría de estas palabras. La ambición desmedida del poder lleva siempre a la autodestrucción ¿Cómo no se darán cuenta tantos contemporáneos nuestros? El poder en el campo político, económico o profesional, es necesario para realizar los proyectos que uno se ha propuesto: es el uso eficaz de los medios para conseguir el fin, pero el poder absoluto emborracha y oscurece la razón conduciendo al desastre.

Todo poder es un arma de doble filo, que puede ayudar o destruir. Cuando no se modera sabiamente la hecatombe está asegurada.

fuente: Ser Persona

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