¡Buen día, Espíritu Santo!
Respirar Tu Presencia es mi dulce despertar;
Descubrirte Vivo, Presente y Operante
es mi más grande alegría.
Brisa suave, brisa leve,
abre el horizonte!
El horizonte de mi vida.
Dame la gracia de abrir todas mis puertas,
cada una de mis ventanas
para que Tu Aliento,
para que Tu Brisa vuelva a fluir;
y La Caricia de Tu mirada se pose sobre mi,
y el Abrazo de Tu Gracia ablande mis durezas,
afirme mis inseguridades,
renueve mi Fe.
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