martes, 11 de agosto de 2015

Dones de Fe y Milagros - LA SANACIÓN POR LA FE

LA SANACIÓN POR LA FE
Parte XVI

Mira en el testimonio que sigue como la Palabra de Dios proclamada con el poder del Espíritu Santo tiene el poder de transformar una vida.

“Comencé el año con varias tribulaciones; en abril tuve una crisis de ansiedad (ése fue el diagnóstico de los médicos) No conseguía dormir. Siempre en el mismo horario me despertaba con adormecimientos en los brazos, presión en la cabeza y una fragilidad inexplicable. Fui a parar al hospital tres veces con síntomas de infarto o ACV. Sólo que los médicos no encontraban nada errado conmigo: ritmo cardíaco normal, presión arterial normal. Hice múltiples exámenes, resonancia magnética del cuerpo entero y nada fue hallado. Conclusión: los médicos me llenaron de remedios y calmantes, antidepresivos, y me mandaron buscar a un psicólogo, pero siempre tuve mucha fe en Dios, y no aceptaba ese diagnóstico. Tengo una relación difícil con mi marido, pues él sufre de trastorno bipolar, pero siempre encaré eso como una misión. Dios no me colocó en la vida de él sin un sentido. Y eso no es un problema o una carga para mi, como dije, lo veía como mi misión. Pero quedé asustada con lo que sucedía con mi salud, y no aceptaba tener que tomar tantos remedios. Seguí lo que los médicos me dijeron, hasta que un día en que necesité quedarme en casa, en reposo, comencé a asistir a un programa en la TV Canción Nueva, llamado “Sonriendo a la vida”, momento en que Dios me dio el privilegio de escuchar algo que me transformó. Fue rápido! No necesité buscar un psicólogo, pues aquella palabra hizo las veces de un psicólogo para mi, aquellas sabias palabras iluminadas por el Espíritu Santo incendiaron mi alma. Mi fe hoy es otra. Hoy tengo certeza de que todo lo puedo en aquel que me fortalece. No tomo más remedios, no siento más nada, tengo las noches más tranquilas de toda mi vida (antes, había estado hasta cuatro meses sin un dormir normal) Un día, en el programa, alguien dijo: “Cuando te sientas frágil, sin salida, busca ayuda”. Fue lo que hice: Estoy frecuentando el grupo de oración de mi parroquia, lo que está siendo una bendición para mi vida”.
Si la fe es carisma del Espíritu Santo, ella no puede ser producida por poderes humanos. 

Creer es actuar por el poder de Dios, es renunciar a las influencias manipuladoras de este mundo para vivir del poder de Cristo, de la fuerza de su cruz, del consuelo de su Espíritu. Es una fuerza verdadera que brota de las promesas de Dios y mantiene viva la esperanza (cfr. Rom 15,4) Por eso, en un clima de oración, con fe en la presencia del Espíritu Santo, una simple palabra o gesto nuestro puede efectuar verdaderos milagros junto a la cabecera de una persona doliente. Es Dios actuando por medio de ti. En cierto sentido, El necesita de nosotros para llevar su amor y su poder a quien está oprimido.

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