La justicia viene de Dios,
ella es un don.
ella es un don.
Foto: Wesley Almeida/cancaonova.com
Oímos hablar sobre la justicia de Dios, sobre ser hombres y mujeres justos,
de procurar el modelo de justicia de San José y de tantos otros santos, pues ellos nos muestran que necesitamos ser justos con nosotros mismos principalmente con los otros.
En la ley de los hombres, "justicia" es un término abstracto que designa el respeto por el derecho de terceros, la aplicación o reposición de su derecho por ser mayor en virtud moral o material.
En la Ley de Dios, según el catecismo de la Iglesia Católica, la justicia es la virtud moral que consiste en la voluntad constante y firme de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.
Con base en eso, me pregunto: ¿hemos sido justos delante de las personas?
Hemos, de hecho, procurado no favorecer amigos y parientes? Hemos dejado de lado las preferencias para dar lugar a lo que es cierto?
Mis hermanos, la justicia viene de Dios, ella es un don. Las corrupciones interiores suceden por el hecho de no oír la voz de justicia dentro de nosotros. Yo se que tenemos inclinaciones a querer ayudar a parientes, amigos y a quien más amamos, pero, algunas veces esos que amamos necesitan recibir un "no", saber esperar otro momento oportuno, otras situaciones. No procuremos favorecer a nadie pues la Palabra de Dios nos enseña: "No favorezcas al pobre ni prestigies al poderoso. Juzga al prójimo conforme a la justicia" Lev. 19,15
Que Dios nos de esa gracia de ser hombres y mujeres justos así como San José.
Wellington da Silva Jardim (Eto)de procurar el modelo de justicia de San José y de tantos otros santos, pues ellos nos muestran que necesitamos ser justos con nosotros mismos principalmente con los otros.
En la ley de los hombres, "justicia" es un término abstracto que designa el respeto por el derecho de terceros, la aplicación o reposición de su derecho por ser mayor en virtud moral o material.
En la Ley de Dios, según el catecismo de la Iglesia Católica, la justicia es la virtud moral que consiste en la voluntad constante y firme de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.
Con base en eso, me pregunto: ¿hemos sido justos delante de las personas?
Hemos, de hecho, procurado no favorecer amigos y parientes? Hemos dejado de lado las preferencias para dar lugar a lo que es cierto?
Mis hermanos, la justicia viene de Dios, ella es un don. Las corrupciones interiores suceden por el hecho de no oír la voz de justicia dentro de nosotros. Yo se que tenemos inclinaciones a querer ayudar a parientes, amigos y a quien más amamos, pero, algunas veces esos que amamos necesitan recibir un "no", saber esperar otro momento oportuno, otras situaciones. No procuremos favorecer a nadie pues la Palabra de Dios nos enseña: "No favorezcas al pobre ni prestigies al poderoso. Juzga al prójimo conforme a la justicia" Lev. 19,15
Que Dios nos de esa gracia de ser hombres y mujeres justos así como San José.
Tu hermano
Cofundador da Comunidade Canção Nova e administrador da FJPII
fuente portal Canção Nova
Adaptación del original en portugues
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