lunes, 25 de diciembre de 2017

Y EL VERBO SE HIZO CARNE

Venerable Pio XII (1876-1958), papa 1939-1958 
Encíclica «Mystici Corporis Christi»
Y el Verbo se hizo carne

      Ya antes del principio del mundo el Unigénito Hijo de Dios nos abrazó con su eterno e infinito conocimiento y con su amor perpetuo. Y, afín de manifestarnos éste de un modo visible y verdaderamente admirable, se unió nuestra naturaleza en la unidad de su persona, haciendo de este modo –como lo advierte San Máximo de Turín con candorosa sencillez-: que «en Cristo nos ama nuestra propia carne».

      Tal amorosísimo conocimiento, que desde el primer momento de su Encarnación tuvo hacia nosotros el Redentor divino, sobrepasa aun el esfuerzo más ardiente de todo espíritu humano: en virtud de la visión beatífica de la cual gozaba ya, apenas concebido en el seno de su madre divina, tiene siempre y continuamente presentes a todos los miembros de su Cuerpo místico y los abraza con su amor salvífico.

      ¡Oh admirable dignación de la piedad divina para con nosotros e inconcebible designio de caridad infinita! En el pesebre, en la Cruz, en la gloria eterna del Padre, Cristo conoce y tiene a sí unidos a todos los miembros de la Iglesia de una manera infinitamente más clara y con mucho más amor que una madre conoce y ama al hijo que lleva en su regazo, que cualquiera se conoce y ama a sí mismo.

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