sábado, 1 de diciembre de 2018

RESONAR DE LA PALABRA -Evangelio según San Lucas 21,34-36.

Evangelio según San Lucas 21,34-36.
Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedescomo una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".

RESONAR DE LA PALABRA

Queridos amigos y amigas:

Se nos acaba el año, y ¿cómo nos encuentra Dios? Esta tarde la liturgia se viste del blanco de Adviento y el “ángel nos muestra el río de agua viva, luciente como el cristal, que sale del trono de Dios y del Cordero que hace crecer el árbol de la vida”. Nuestro Redentor está vivo y sólo los vivos contemplan su rostro. No te mueras ahora que queda tan poco.

Para estar vivo, ten cuidado: “no se te embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero, y se te eche encima de repente aquel día. Estate siempre despierto, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir, y mantente en pie ante el Hijo del Hombre”.

¡Qué mensaje más bonito en el último día del año litúrgico para saborearlo en la memoria de María en sábado!. Que no se nos embote la mente con preocupaciones absurdas. Que estemos bien despejados, despiertos de tanto susurro que amortaja el alma en la superficialidad y el desencanto. En pié, alerta, firmes ante Jesús el Cristo de nuestra fe. Sin bostezos ni lágrimas de aburrimiento en los ojillos. Y si no lo puedes evitar, pide fuerza para escapar de lo que está por venir, eso que puede arruinar todo cuanto has hecho hasta ahora y agota el último aceite de la alcuza. No se puede bajar la guardia porque el partido termina cuando pita el árbitro. Todo el tiempo de juego es tiempo de salvación.

Hermano, hemos de pasar por la purificación para llegar al lugar donde “no hay ni habrá ya nada maldito”. Lo maldito se pega a nuestros huesos con suma facilidad y hay que ejercitarse en la ascesis de antaño para rejuvenecer, de lo contrario, no dejaremos la noche y necesitaremos luz de lámpara o del sol, luceros de poca monta comparados con la luz que irradia el Señor Dios.

Mirad que el Señor está para llegar. Dichoso quien tiene presente el mensaje profético. Esperad, postrados en tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.

¡Buen Adviento!

CR

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario