El cielo es un continuo orar: alabanzas, adoración, aclamando al Señor. Los serafines desean que, en la tierra, suceda lo que es propio del cielo. Cuando hay alguien orando en la tierra, ellos vienen en vuelo a orar y cantar con nosotros y elevar nuestra oración al Padre. Oramos en medio de nuestras debilidades, pero estamos orando y los ángeles completan lo que nos falta para y nos unen con el cielo.
¡Nunca rezamos solos! Sobre todo cuando lo hacemos en la comunidad, los ángeles vienen en gran número para orar con nosotros. Por nuestra limitación no siempre sabemos cómo, por quién o por qué situación debemos orar porque carecemos de visión espiritual. Por percibir más allá de lo que es humano, los ángeles están capacitados para añadir lo que falta a nuestras oraciones. Cuando nuestra comunidad se reúne en oración, el cielo y la tierra se unen ante el Señor.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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