lunes, 14 de enero de 2019

Meditación: Marcos 1, 14-20



















Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres.
Marcos 1, 17

San Marcos nos relata hoy que Jesús comenzó su ministerio en Galilea anunciando la buena noticia y diciendo: “Ya se cumplió el plazo señalado, y el Reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias.” Hemos escuchado tantas veces estas palabras que fácilmente podemos entenderlas en forma superficial, sin realmente detenernos a meditar en su significado profundo. Pero si nos disponemos a comprender, Dios nos revelará los maravillosos misterios de su Reino. Para comenzar, podemos desarrollar el hábito de hacerle preguntas a Dios cuando leemos la Sagrada Escritura y meditar en el significado de su palabra.

Por ejemplo, ¿qué significa que haya llegado el tiempo y que el Reino de Dios esté cerca? Jesús anunció que el Reino de Dios había comenzado con su venida al mundo, porque él mismo es la Buena Noticia de Dios en persona. La Buena Nueva consiste en que Jesucristo, el Hijo de Dios, se hizo hombre para rescatarnos del poder de las tinieblas, del pecado y de la muerte. Él pagó personalmente el precio de nuestro rescate muriendo en la cruz, sufriendo el castigo que nosotros merecíamos y resucitándonos a la vida nueva.

Jesús les dijo a varios de sus discípulos: “Síganme, y yo haré que ustedes sean pescadores de hombres.” Esta invitación al discipulado debe haber sido muy emocionante, pero a la vez motivo de preocupación, porque Jesús les pedía que dejaran todo lo que era para ellos conocido y fuente de seguridad: trabajos, vecindario y hasta sus familiares y amigos para seguirlo a él. Y hay que reconocer que la respuesta de estos discípulos fue inmediata y completa. Lo dejaron todo para seguir a Cristo, y ciertamente llegaron a ser pescadores de hombres.

Hoy el Señor nos llama a cada uno de nosotros y nos invita a ser discípulos suyos. Quizás esto nos cause inquietud también, porque no sabemos a qué tendremos que renunciar, pero Jesús nos ha prometido estar siempre con nosotros (Mateo 28, 20). Todo lo que nos pide es que le digamos “sí” cada día. Así, con la fuerza del Espíritu Santo, también podremos llegar a ser discípulos de Cristo y pescadores de hombres.
“Señor Jesús, me entrego a ti de todo corazón para que me sanes. Te invito a hacer tu morada en mi corazón y quiero seguirte y traer a otros para que te conozcan, te amen y te sirvan.”
Hebreos 1, 1-6
Salmo 97(96), 1-2. 6-7. 9

fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

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