Evangelio según San Juan 3,16-21.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.
En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.
RESONAR DE LA PALABRA
Apreciados hermanos y hermanas:
Hoy celebramos el día internacional del Trabajador, bajo el patronazgo de San José Obrero. Iniciamos agradeciendo la ardua labor de tantos, hombres y mujeres, que buscan con su trabajo no sólo el sustento sino la transformación de este mundo.
El texto de Hechos nos narra el encarcelamiento de los apóstoles por haber desobedecido a las autoridades. Se resalta la valentía, decisión y claridad de quienes, sabiendo el camino que les marcó Jesús, no se dejan atrapar por el miedo y la indiferencia. Esto nos pone en sintonía con la realidad que viven los defensores y defensoras de derechos humanos y del ambiente que, actualmente, incomodan por sus fuertes denuncias hacia quienes detentan el poder político y económico.
Se hace urgente despertar, en nosotros y en nuestras comunidades, la voz profética que pueda sumarse a la de los que no se callan ante las injusticias. Un cristiano no puede hacerse cómplice de todo lo que atenta contra la vida de las personas y del planeta.
En Pascua, como bien lo señala el evangelista, estamos invitados a iluminar como Jesús toda la realidad, principalmente la que se encuentra en tinieblas. Nuestra tarea de creyentes, en Jesús Resucitado, es la de colaborar con el plan salvador-redentor de Dios. Un Dios humanizando y encarnado en este mundo que se pierde en el consumo abusivo y desmedido de los bienes de la creación.
Recordemos que «un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social» (LS 206) para que no se continúen produciendo cosas fútiles o dañinas. ¡Todavía estamos a tiempo! ¿Te animas a generar cambios en tu estilo de vida ayudando, a otros y a este mundo, a vivir con esperanza de futuro?
Fredy Cabrera
Misionero Claretiano
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