¡Buen día, Espíritu Santo!
Al comenzar a caminar el día,
imploramos tu Gracia sobre nosotros,
Tu Presencia siempre Nueva, siempre viva.
Tú que eres la Fuente inagotable de Amor,
Ven y derrama la medida abundante de ése don!
Tú que eres el Manantial Perenne de Paz,
¡ven y consuela todo corazón!
Tú que eres la Llama que no reconoce ocaso,
¡Ven y reaviva nuestras cenizas!
Y así, Presente, Vivo, Eterno, Santo y lleno de Poder,
seas en todo Bendito y alabado,
en todo instante, en todo corazón, en todo pensamiento,
en todo tiempo y lugar,
¡porque Tú eres la Gracia que el Padre nos donó!
¡Tú eres el Amor mismo hecho donación!
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