sábado, 4 de julio de 2015

Buen día, Espíritu Santo!

Buen día, Espíritu Santo!
Tu eres la Fuente Viva que nunca se agota,
por eso al despertarme agradecido porque me has
sostenido en el descanso,
te digo, te suplico:
¡Quiero una porción mayor de Ti!
De todo lo que experimenté quiero mucho más.
Quiero vivir en intimidad Contigo,
y beber de Tu Gracia.
Quiero bucear en el infinito Mar de Amor
que te une con el Padre y el Hijo.
Quiero tener la alegría del pequeño sumergido
en una piscina.
Tener el rostro sorprendido del que se sabe rodeado,
del que experimenta, sumergido en el agua,
que es posible tener los ojos abiertos, bien abiertos,
y ver con claridad.
Busco en Ti el verdadero poder,
el del amor que transforma, que transfigura,
y sentir en mi, hoy, aquí,
en mi realidad concreta, Tu Gloria.
¡Bienvenido!
Bienvenido a mi mañana,
en Tu Presente Eterno,
dime, ¿qué podemos hacer hoy juntos?


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