¡Buen día, Espíritu Santo!
Encontrarte es mi mayor expectativa!
Por eso no temo abrirTe la ventana de mi corazón,
de mi mente y mis sentimientos,
mis afectos más hondos,
mis silencios y mis palabras,
mis anhelos y esperanzas...
Todas esas ventanas abro y descubro ante Ti.
Mi confianza renuevo,
En el bautismo mis padres proclamaron sobre mi que
Tú eres el Dios de mi Salvación.
Ese día clavaste en mi una certeza:
Eres el Dios de toda esperanza,
en Vos puedo confiar,
en Vos y solo en Vos puedo descansar.
¡Gracias porque vienes a fortalecerme!
¡Gracias porque Te descubro santificando mi vida!
Tú eres el que me capacita cada día, -llenándome de Tu Amor-
para cada batalla.
Tú eres la Rama, yo apenas un sarmiento,
Tu eres la sabia yo apenas de ella me nutro.
¡Ven! Llena mis espacios,
Quiero conquistar el Tesoro de Tu Corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario