En las cuentas pequeñas
“Yo amo y perdono, yo perdono y amo .. (citar los nombres)”.
Al acabar cada decena, rezar el Gloria y añadir:
Señor Jesús, bendice (cita el nombre de la persona a quien estás perdonando) y ayúdame a perdonarlas, amarlas, bendecirlas y aceptarlas como son.
Primer Misterio
En el primer misterio, pido perdón a Jesús que oró y sudó sangre en el huerto, porque muchas veces me dejo llevar por el orgullo y egoísmo, por la vanidad y la rabia.
En el primer misterio, pido perdón a Jesús que oró y sudó sangre en el huerto, porque muchas veces me dejo llevar por el orgullo y egoísmo, por la vanidad y la rabia.
Segundo Misterio
En el segundo misterio, pido perdón a Jesús pues El fue azotado en la casa de Pilatos. Yo, muchas veces, me dejo llevar por los celos y por el pecado de la lengua, por la envidia, autosuficiencia, hipocresía, pereza y mentira.
En el segundo misterio, pido perdón a Jesús pues El fue azotado en la casa de Pilatos. Yo, muchas veces, me dejo llevar por los celos y por el pecado de la lengua, por la envidia, autosuficiencia, hipocresía, pereza y mentira.
Tercer Misterio
En el tercer misterio pido perdón a Jesús, que fue coronado de espinas. Pido perdón porque me dejo llevar por los malos pensamientos, malas palabras, condenaciones, impurezas e infidelidades.
En el tercer misterio pido perdón a Jesús, que fue coronado de espinas. Pido perdón porque me dejo llevar por los malos pensamientos, malas palabras, condenaciones, impurezas e infidelidades.
Cuarto Misterio
En el cuarto misterio pido perdón a Jesús que cargó la cruz, pues muchas veces cometo pecados por falta de aceptación, por reclamar y murmurar, negándome a cargar mi propia cruz.
En el cuarto misterio pido perdón a Jesús que cargó la cruz, pues muchas veces cometo pecados por falta de aceptación, por reclamar y murmurar, negándome a cargar mi propia cruz.
Quinto Misterio
En el quinto misterio, pido perdón a Jesús que fue crucificado para perdonar mis pecados pero yo, lamentalemente, no perdoné a aquellos que se equivocaron conmigo.
En el quinto misterio, pido perdón a Jesús que fue crucificado para perdonar mis pecados pero yo, lamentalemente, no perdoné a aquellos que se equivocaron conmigo.
Señor Jesús, de lo alto de la cruz, me enseñaste a perdonar.
Ayúdame también a amar a las personas.
Al final, reza el canto de María:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre.
(cf. Lc 1,46-55).
Lo que te toca es decidirte por Jesús.
A partir de tu decisión, la gracia de Dios vendrá en tu socorro, dándote la gracia del perdón.
A partir de tu decisión, la gracia de Dios vendrá en tu socorro, dándote la gracia del perdón.
Tenemos aquí una arma preciosa para nosotros, valientes guerreros del Señor. Ningún combatiente puede dispensar de esta arma: El Rosario del Perdón.
Es necesario renovarlo siempre. ¡Vivamos el perdón en todo tiempo!.
Abraza esta decisión.
Es necesario renovarlo siempre. ¡Vivamos el perdón en todo tiempo!.
Abraza esta decisión.
Dios te bendiga
Retirado del Libro ‘Combatientes en el Perdón”
Retirado del Libro ‘Combatientes en el Perdón”
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