Buen día, Espíritu Santo

Padre y Señor del Cielo,
todo lo nuestro está en tus manos,
todo lo nuestro descansa en tu corazón de Padre.
Cuando comienza la mañana te decimos: ¡Gracias!
¡Gracias porque nos vas a bendecir como lo hiciste en el pasado.
¡Regálanos Tu Espíritu Santo!
Regálanos la fuerza de lo alto!
Otórganos un corazón firme para caminar en la integridad
para tener ánimo, alegría y salir victoriosos en las pruebas.
Necesitamos esa fuerza que brota de Tu Amor.
Fuerza que enciende y purifica;
fuerza que santifica y salva.
Permítenos participar de la Abundancia de Tu Corazón.
Sumérgenemos dentro de Ti.
Sumérgenos en Agua Viva.
¡Amén!