domingo, 2 de agosto de 2015

INTERCESIÓN Profética - La gran muralla

LA GRAN MURALLA CHINA

He subido a la Gran Muralla de China en dos ocasiones, el 21 de marzo de 2009 y el 30 de junio de 2010. La Gran Muralla china es patrimonio de la humanidad proclamada por la UNESCO y una de las siete maravillas del mundo. La muralla se extiende más de seis mil cuatrocientos kilómetros aproximadamente. Al igual que un dragón gigantesco, serpentea de un lado a otro a través de desiertos, praderas, montañas y mesetas. Se trata del proyecto de construcción más grande jamás realizado. El grosor de la muralla varía entre unos cuatro metros y medio y nueve metros y es de hasta siete metros y medio de altura. Construida con losas de piedra, está almenada en ambos lados con ladrillos. Un gran ejército de hombres integrado por soldados, prisioneros y personas de la localidad construyeron el muro desde el siglo V aC. hasta el siglo XVI. Se ha estimado que entre dos y tres millones de trabajadores chinos murieron durante los dos mil cien años que llevó la construcción de la muralla. De hecho, esta majestuosa fortaleza fue construida con sangre, sudor y lágrimas.


¿Para qué construyeron una muralla tan gigantesca? La Gran Muralla no es solo una pared, sino un símbolo de la sabiduría, valentía y tenacidad del pueblo chino. Fue construida con el propósito de proteger el norte de China de los mongoles y otros invasores. En su apogeo, la muralla solía ser vigilada por más de un millón de hombres. Los guerreros estaban emplazados a lo largo de la construcción, como una primera línea de defensa contra el enemigo invasor. Mientras me encontraba en la Gran Muralla sentí que el Señor me daba una nueva visión y convicción sobre el ministerio de intercesión. Me acordé de Ezequiel 22, 30: “Busqué entre todos ellos a alguien que construyera una muralla y se mantuviera en la brecha frente a mi, a favor del país, para que no los destruyera, pero no pude encontrarlo” En el capítulo 22 hay tres diferentes mensajes de Dios sobre Jerusalen para mostrarle sus pecados y los juicios que vendrían sobre ellos a causa de esos pecados. Los pecados por los que se acusa a Jerusalén son: homicidio, idolatría, desobediencia a los padres, opresión y extorsión, profanación del día de reposo y de otros objetos sagrados, etc. Cuatro clases de personas que cometieron los pecados fueron: jefes, sacerdotes, príncipes y profetas. Es evidente que Dios mismo estaba buscando personas –por lo menos alguno- para que construyera una pared o se colocara en la brecha en nombre de los israelitas a través de la intercesión ferviente. Al igual que los chinos construyeron la Gran Muralla para proteger el territorio chino de la invasión de los mongoles y otros, el intercesor construye un muro por medio de la oración para proteger el dominio del Reino de Dios en la tierra y en los corazones y mentes del pueblo de Dios. El muro construido por el intercesor también salva a las personas de la ira de Dios.

Cyril John

Vice-presidente ICCRS

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