“Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campo por amor a mí y las Buenas Nuevas quedará sin recompensa” (Mc10, 28-31).
Jesús no habla solamente del premio en la otra vida. Ya en el presente, el que se sacrifique por el Reino encontrará amistad, alegría y una superación humana que no podrá esperar. ¿Qué acciones concretas dan cuenta que estás trabajando por el Reino de Dios? Reaviva tu fe y trabaja con más entusiasmo, confiando en la promesa de Jesús. Agradece al Señor por los beneficios recibidos hasta hoy en tu vida. Repite en tu interior: “Señor, enséñame a entregarme cada día”.
Padrenuestro.
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