Buen día, Espíritu Santo!
me pongo de pie con el deseo de andar el día,
y abro mis labios para decirte:
¡Ven, visítame, lléname de Ti!
Dame deseo de Tu Presencia.
Deseo de Tu Amor.
¡Ven y muéstrate propicio!
Ven y controla con Tu poder y Tu gracia
lo que en mi es descontrol,
las fuerzas y pulsiones de muerte
que el pecado ha sembrado y ha dejado sepultado en mis rincones.
Ven y dame sabiduría,
dame inteligencia, dame voluntad y
sobre todo Tu Gracia
para re-construirme desde Tus entrañas.
Tú eres el que edifica y sostiene,
¡eso lo sé!
pero necesitas mi parte,
¡quiero hacer mi parte!
Que al comulgar el Santo Pan,
el Santo Cuerpo,
mir mares se aquieten y,
en serena alegría llegue al buen puerto de Tu Corazón.
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