¡Buen día Espíritu Santo!
Como se despierta la vida ante la luz
así sea sorprendida mi vida por Tu Gracia.
Tu que me conoces,
que sabes aquello que me preocupa y me distrae,
aquello que me envuelve y me quita del camino,
que me roba lo esencial,
Dame el disfrutar Tu Presencia siempre nueva.
Dame el moverme Contigo, dentro de Ti y por Ti;
dame el alegrarme Contigo, dentro de Ti y por Ti;
Dame apertura a Tu Presencia,
a la mirada que acaricia,
al gesto que reconcilia.
Que Tus signos y Tu silenciosa acción me cuestione,
que Tu Palabra me modele.
y al alimentarme hoy en el Altar de la Vida,
mi carne comprenda y asuma
que en mi debilidad esta Tu Fuerza,
que en mis fracasos están Tus Victorias.
Amén!
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