El maquillaje va más allá del color, de las líneas y de la vanidad
Estos días, un amigo que hace maquillaje tuvo una misión; ‘sesión de sinceridad’ conmigo y dijo que pensaba que era absurdo que yo no usase maquillaje diariamente. ¡A mí! que estimo tanto la belleza, el maquillaje, la autoestima, el cuidado con el cuerpo. En fin, mi respuesta fue automática: “Si supieras como correteo todos los días, con seguridad no me dirías eso. ¡No consigo hacer nisiquiera lo que necesito, ¡imaginate el resto!”.
El tiempo pasó y terminé encontrando el sentido de lo que él me dijo.
Comprendí que separar diez minutos del día para hacer un maquillaje simple, aún en medio de la prisa, no es algo banal o superfluo, sino un beneficio enorme para elevar y fortalecer la autoestima, algo primordial para enfrentar las sorpresas de la vida con más sustancia.
Me doy cuenta de las mirada diferentes de las personas cuando estoy con maquillaje. Y lo que realmente me llama la atención es la forma con que me miran, como si viesen más fuerza o algo que no se puede definir, pero que está allí y que se expresa por medio del maquillaje, que en este momento sirve como un imán que atrae algo de adentro para afuera.
El maquillaje va más allá del color, de los rasgos o de la vanidad. Es mucho más que una simple arma de seducción. Existe en él un misterio inquieto y consistente, al mismo tiempo, completamente sutil, y que nosotras mujeres tenemos el derecho y deber de absorberla. No solo por la técnica, pero con la voluntad de vivir y de conocerse. Es maquillaje para ver el opuesto.
Al detectar eso, decidí seguir esta imagen y descubrí que el maquillaje es un medio y no simplemente un fin. Externamente, ella destaca la belleza natural; internamente, mejora y trae para fuera lo mejor que tenemos, eso que tal vez no es tan conocido ni trabajado. El maquillaje tiene importancia y merece espacio considerable en la vida de toda mujer. Por lo tanto, ‘ganen’ tiempo maquillándose, vale la pena invertir. Además de eso, piensa que tu belleza es única, por lo tanto, puede y debe ser descubierta y mejorada cada vez más. Todo eso pensando en tu mejor bien, en la posibilidad de asumir, cada vez más y mejor, el lugar que ya es tuyo; de esta forma haces el bien a las personas que están a tu alrededor, porque el efecto es concreto y contagioso.
Creo que la belleza es algo interior, casi que totalmente independiente del exterior en el sentido de que sin ella lo que es bonito es fugaz, mientras que lo que es bello es eterno. Asumirla y exteriorizarla trabaja el coraje y la libertad de ser simplemente lo que eres. Permite tomar coraje del propio potencial, desarrolla y eleva la autoestima y abre un abanico de posibilidades delante de la vida. Recordando que la vida está hecha de ciclos y se construye en medio de dudas e inseguridades.
Enfrentar la vida con más o menos belleza es cuestión de elegir, y tu tienes razón en cualquier una de ellas. Es mucho más que el error o acierto, es la experiencia de vivir con libertad, coraje y responsabilidad las consecuencias de los propios actos.
Una cosa es cierta: la vida es bella independiente de los acontecimientos. Constatar eso depende de la lectura que se hace delante de los hechos. Cuanto más tu belleza interior está trabajada y exteriorizada, más posibilidades tendrás de ver la belleza de la vida.
Puede sonar a locura de mí parte debido también a la prisa del día a día, dos millones de quehaceres que sé que tienes, pero, aún así, yo te invito a que hagas lo siguiente: separa 10 minutos de tu día para maquillarte.
Si tu no tienes el costumbre de usar nada, empieza usando el rimmel y lápiz de labios que ya es bastante para comenzar. El resto es cuestión de tiempo. Piensa que este maquillaje es para ver del otro lado también.
Intenta ser fiel al propósito y luego nos cuentas el resultado. ¿Puede ser?
Una cosa es segura: hoy podemos ser mejores que ayer, simplemente porque hay mucho por descubrir.
Que tengas un excelente trabajo.
Marcia Ribas es formada en Comunicación Social (Radio y TV),
posgrado en Counseling – “el camino entre el psicoterapia y el peluquera”.
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