Mateo 13, 44
En el mundo actual donde los gobiernos de los países suelen cambiar con cierta frecuencia, no estamos acostumbrados a la idea de un Reino cuya autoridad sea total y permanente. Por eso, a veces cuesta hacerse una idea clara de lo que es el Reino de los cielos y si no entendemos bien qué significa pertenecer al Reino de Dios, seguramente no consideraremos que es algo por lo cual vale la pena sacrificarlo todo.
Por otro lado, si conocemos el infinito amor de Jesucristo y sabemos que él vino a rescatarnos de la mala influencia del pecado, no dejaremos que nada se interponga entre su Reino y nosotros. Cristo ha perdonado todas las faltas y ofensas de cuantos acuden a su lado arrepentidos, para restaurar en ellos la verdadera vida del Padre. Si cada día recordamos estas cosas con gratitud, sabremos que el Reino de Dios es como un tesoro inapreciable o una perla de gran valor y haremos todo lo posible por alcanzarlo.
Las propias Sagradas Escrituras nos dan muchos ejemplos de personas que supieron que el Reino era más valioso que todo lo demás, y de otros que no lo entendieron así. Consideremos el caso del joven rico (v. Mateo 19, 16-22), a quien Jesús probó pidiéndole que abandonara sus riquezas materiales. Esto fue demasiado para él porque era muy acaudalado; para él, sus tesoros eran más importantes que Jesús y más reales que la promesa de la vida eterna.
En cambio, la visión de San Pablo era totalmente opuesta, porque consideraba todo como pérdida comparado con el tesoro incomparable de conocer a Jesús y servirlo (v. Filipenses 3, 7-9). Su mayor deseo era conocer mejor a Cristo; todo lo demás lo consideraba “basura” (Filipenses 3, 8).
Si queremos ser como Pablo y desear el tesoro del Reino de los cielos, tenemos que conocer personalmente al Señor y amarlo de corazón. El amor de Dios es, antes que nada, lo que nos hace desear el Reino y si se lo pedimos con verdadero deseo, el Espíritu Santo nos revela la inmensidad del amor de Dios. Hermano, ¿le has pedido a Cristo que venga a tu corazón para que así conozcas el Reino de Dios en persona?
“Espíritu Santo, ven y unge mi corazón para que yo conozca el gran amor del Padre en Jesucristo y así llegue a comprender que el Reino de Dios es más valioso que cualquier bien material que yo pueda poseer.”
Jeremías 15, 10. 16-21
Salmo 59(58), 2-4. 10-11. 17-18fuente: Devocionario La Palabra con nosotros
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