(Deuteronomio 30, 19)
A diario, la vida nos presenta decisiones. Es posible que ayer te hayas planteado algunos propósitos para el tiempo de Cuaresma, y la mejor forma de lograrlos es tomar buenas decisiones.
Las enseñanzas de Moisés pueden sentar las bases para estas decisiones diarias. Él nos dice cómo podemos optar por la vida: “Amando al Señor tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él.” (Deuteronomio 3, 20)
Amar al Señor. Esto parece fácil, sin embargo es posible que nos resulte un poco ambiguo y no lo veamos como un propósito. Convirtámoslo en algo más práctico. Puedes amar a Dios pasando tiempo con él en tu oración personal diaria. Dale gracias por su misericordia y dile que lo amas; también pídele su gracia. Otra forma de amar a Dios es amando a tu familia. Decide apagar la televisión o dejar de lado el teléfono para pasar tiempo con tu marido o esposa y tus hijos.
Obedecerle. Las Escrituras relacionan la palabra obedecer con escuchar. Nos indican que debemos escuchar la Palabra de Dios con atención, interiorizarla y ponerla en práctica. ¿Cómo puedes tú hacer eso? Podrías intentar algo tan simple como releer pausadamente las lecturas de la Misa de hoy, y pedirle a Dios que te dé un mensaje personal a través de ellas. O bien, podrías sentir que él te está impulsando a contactar a un amigo apreciado o ayudar a tu vecino. Ve y haz lo que Dios te está pidiendo que hagas y verás cómo él bendice tu decisión.
Adherirse a él significa serle fieles. Puede ser que hoy te sientas solo o frustrado. Tal vez dudes de que Dios realmente esté a tu lado. Este es el momento para decidirte y aferrarte al Señor. Recuerda que él ha prometido que nunca te abandonará. Si estás luchando contra la tentación, decide reafirmar tu amor a Dios y lo mucho que él te ama. Decide mantenerte firme en tu dedicación a él.
Te invito a que cada día de esta Cuaresma intentes hacer pequeños progresos en tu decisión de seguir a Dios. No te sorprendas si te sientes más cerca del Señor. No te sorprendas si sientes que la vida y el amor de Dios penetran más profundamente en tu corazón.
“Amado Señor, ayúdame a ver cada decisión que tenga que tomar como una oportunidad para honrarte a ti. ¡Ayúdame a optar por la vida!”
Salmo 1, 1-4. 6
Lucas 9, 22-25
fuente: Devocionario Católico La Palabra de Dios
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