lunes, 1 de mayo de 2017

EN BUSCA DE JESUS

Pedro el Venerable (1092-1156), abad de Cluny 
Sermón sobre la alabanza del santo Sepulcro
«En busca de Jesús»

      Escuchad, todos los pueblos; escuchad, naciones esparcidas sobre la superficie de la tierra; prestad atención, tribus y razas diversas (cf. Ap 7,9), vosotros todos los que os creéis abandonados e incluso pensáis que todavía sois despreciables; escuchad y alegraos: vuestro Creador no os ha olvidado. No ha querido que por más tiempo su cólera retuviera sus misericordias; ahora, en su gran bondad quiere no sólo salvar al pequeño número que son los judíos, sino a toda esta innumerable multitud que sois vosotros. Escuchad al santo profeta Isaías...: «Aquel día la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos» (11,10)...

      Como el mismo Jesús lo atestigua, él es aquel que «Dios, el Padre, ha marcado con su sello», para que sea un signo. Pero ¿un signo para qué? Para que exaltado en lo alto del estandarte de la cruz, como lo fue la serpiente de bronce levantada en medio del campamento (Nm 21), él mismo haga que la mirada no sólo del pueblo judío, sino del universo entero se vuelva hacia él, y por su muerte en cruz atraiga el corazón de todos los hombres. Y enseñará a todos a poner en solo él toda su esperanza. Curando todas sus debilidades, perdonando todos sus pecados, abriendo a todos el Reino de los cielos cerrado desde hacía mucho tiempo, le enseñará que es él mismo «el que había de ser enviado..., el que esperaban las naciones» (Gn 49,10 Vulg). Fue él mismo quien levantó este signo para todos los pueblos a fin de «reunir a los dispersos de Israel, y agrupar a los desperdigados de Judá de los cuatro puntos» (Is 11,12).

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