¡Buen día, Espíritu Santo!
Animado por la Palabra,
Quiero, espero y confío vivir el mandato:
¡combatir el buen combate de la Fe!
Por eso, porque me conozco,
Porque en Vos me reconozco,
Porque sé quién soy, qué puedo,
a qué estoy llamado,
Te suplico:
¡Ven y lléname!
Que Incendiado de Tu Gracia
Se desvanezcan mis afanes absurdos,
y que al final del día perciba y descubra en mi
un conquistador.
¡Tú eres mi Ganancia!
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