-prédica-
El Señor nos ha llevado a tener una experiencia de lo eterno durante este retiro, pero el gusto de lo eterno debe permanecer en nosotros, en nuestro corazón, en nuestra mente, en nuestro cuerpo, dondequiera que vayamos.
A veces, cuando acaba un retiro nuestro deseo es: “quiero más, más de Dios”
El capítulo 6 del libro de Deuteronomio va a mostrarnos como continuar esta experiencia en nuestra casa, en nuestro lugar de trabajo, en nuestra pastoral de Iglesia.“Estos son los mandamientos, preceptos y normas que Yahveh vuestro Dios ha mandado enseñaros para que los pongáis en práctica en la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión, a fin de que temas a Yahveh tu Dios, guardando todos los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, tú, tu hijo y tu nieto, todos los días de tu vida, y así se prolonguen tus días.” (Dt. 1, 1-) O sea, somos de lo eterno, nuestra vida es pasajera, pero el Señor dice que tendremos una larga vida aquí, pero también en la eternidad, si observamos sus mandamientos.
Quiero aprovechar esto para decirles que, deben educar a sus hijos en la fe de la Iglesia. Yo soy sacerdote y puedo decirles que veo como el enemigo ha maltratado a muchos jóvenes, muchos de ellos andan sin saber que hacer, buscando otras opciones incorrectas.
Vemos históricamente que hemos sacado a Dios del centro de nuestras vidas, y nos hemos colocado a nosotros mismos, a los hombres, en su lugar. Hemos buscado y puesto a Dios en un lugar que no le corresponde. A veces, a medida que ganamos conocimiento, vamos poniéndonos en el lugar de Dios, y nos creemos dioses.
El hombre ahora cree que tiene el derecho de elegir quien vive y quien muere, leyes contra la vida, contra las relaciones naturales, el hombre se cree Dios … “serán como dioses”. Fue así que comenzó la historia del pecado. La serpiente tentó a Eva diciendo que Dios no quería que comieran del árbol de la vida, porque “serían como dioses”, y eso inquietó a Eva, que deseó ser como Dios, y hasta hoy día, el hombre busca ocupar el lugar de Dios. Vamos leyendo nuestra vida con criterios humanos y nos ponemos en el lugar de Dios, se le ha sacado de su lugar. Esta separación fue provocada por Satanás.
Dios ha sido quitado del centro de nuestras vidas, de nuestras familias. Ya no hay tiempo para orar en familia.
Si no tengo a Dios, como daré a Dios si no lo tengo, si ni yo mismo creo en Dios, ¿Cómo haré que mis hijos crean en Dios?. Si creo más en un “gurú” que el propio Dios, que en su propia Palabra, ¿cómo podrán ser de Dios mis hijos?.
El Dios que nosotros vivimos es un Dios de la vida, del amor. No es un Dios distante, es un Dios Emmanuel, un “Dios con nosotros”, y es ese el Dios que nosotros adoramos. Ese el Dios que necesita volver a entrar a nuestra familia. Nuestra familia debe ser un gran grupo de oración. A través de tu testimonio, las cosas deben cambiar, aunque tu familia no está acostumbrada, de a poco, podrás hacer de tu casa, un lugar de oración familiar. Dios quiere hacer esto en tu casa.
La Palabra en Deuteronomio, dice que debemos hablar de Dios, de la adoración que debemos darle a Él. ¿Por qué las familias están desestructuradas? Es porque el diablo sabe que si divide a la familia, si pone su mano sucia en ella, él puede producir un asesino, un rebelde, un drogadicto, un narcotraficante. Pero me he dado cuenta de que Dios tiene un doctorado en reciclaje, el toma la basura y la recicla, es su materia prima.
A mí mismo, Dios me sacó del suelo, de la basura e hizo de mi una obra prima, y lo mismo y mucho más puede y quiere hacer con los hijos de tu hogar. La creación entera está esperando la manifestación gloriosa de los hijos de Dios. Somos vocacionados del cielo, vocacionados a ser de Dios.
Yo, cuando era joven, estaba en un club bailable, hasta altas horas de la noche, tomando y drogándome. Mi familia, estaba en casa, orando para que mi hermano se convirtiera, pero la oración me alcanzó a mí, porque el Señor es así. Por la oración, Dios alcanza a personas que ni podemos imaginar. Hoy mi hermano es un gran predicador, pero la oración aquella vez, debía alcanzarme a mí. A veces es así, oramos para que llueva aquí, pero llueve en otra parte, porque es aquella parte del país que necesita de lluvia.
Cuando lleguemos al cielo, vendrá un chinito y nos dirá en su propia lengua: “gracias porque oraste por mí” y nosotros nos preguntaremos, ¿Cuándo?. Y nos responderá que nuestra adoración llegó hasta él y Dios lo tocó. Es así, mis hermanos, Dios tiene el poder de alcanzar a las personas y situaciones que ni imaginamos con nuestra oración.
Tal vez sea tu oración la que alcance a tantos jóvenes que sufren, ahí donde ellos están.
Padre Roger Luis, Comunidad Canción Nueva |
“Y por haber escuchado estas normas, por haberlas guardado y practicado, Yahveh tu Dios (…)Te amará, te bendecirá, te multiplicará, bendecirá el fruto de tu seno y el fruto de tu suelo” (Dt 7, 12) La desobediencia atrae la maldición, no soy quien lo dice, sino que es el mismo Dios. Siendo obedientes, y fieles, atraeremos la bendición y alejaremos la maldición a nuestras familias, a nuestra nación.
Hay uan cultura que ha sido diseminada por las naciones del mundo, la cultura de muerte, a favor del aborto y de tantas otras cosas, entonces ya es la hora de que atraigamos con nuestra oración y fidelidad, la bendición sobre nuestra familia y este mundo, ¡que la bendición de Dios se esparza por la tierra!
Joven, no te acostumbres a ver tanta violencia, a ver a los otros jóvenes cayendo bajo los efectos de la droga … ¿qué debes hacer? !Adora al Señor tu Dios!
Los ancianos, no se junten sólo para excursiones de tercera edad, ¡únanse también para orar, rezar el Rosario!.
Si la sal no sala, no puede servir ni siquiera para estiércol, si tú no salas al mundo, ¡disculpa que te lo diga, pero no sirves ni siquiera para estiércol!
Tú tienes dones, talentos. ¿Qué es lo que harás para ser como un pararrayos para expandir la bendición del Señor sobre esta tierra? Busca como usar tus dones, hay un lugar para ti en la Iglesia. Hay lugar para todo el mundo en la Iglesia. servir a Dios, adorarlo en tu servicio. Últimamente, he ido a dormir muy cansado, pero me acuesto feliz, porque sirvo a Dios, y esa es la máxima realización del hombre: servir a su Dios.
Nosotros, todos los consagrados de la comunidad Canción Nueva, somos felices, hemos dejado todo, para dar la vida al servicio de Dios.
¿Por qué no ser tú también un sacerdote? ¿ Una monja? ¿Un consagrado? ¿Por qué temes? ¡Cuando Dios nos pide más, es porque Él está ofreciéndonos mucho más! Si quieres más de Dios, entonces, ¡entrégate a la adoración y al servicio de nuestro único Dios!
“No tengan miedo de Cristo, Él nada quita, sino que lo da todo” (Papa Benedicto XVI) Yo lo quiero todo, todo de Cristo.
Dale tu respuesta al Señor ahora. Dile que quieres adorarlo, exaltarlo, dile: Señor, eres un Dios maravilloso que no da nada y lo da todo. Gracias, Señor porque me das todo. Yo te agradezco.
Prédica del P. Roger Luis de la Comunidad Canción Nueva
Retiro de Sanación y Liberación.
Retiro de Sanación y Liberación.
FUENTE Portal Canción Nueva en español
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