jueves, 13 de noviembre de 2014

REVIVIR EL DON RECIBIDO

La ‘gramática básica’ para los pastores de la Iglesia

El Santo Padre citó cualidades humanas que unidas al don de la fe, ayudan a los pastores a vivir su servicio de modo auténtico.

Acogida, sobriedad, paciencia, mansedumbre, confianza y bondad. Esas fueron las cualidades humanas indicadas por el Papa Francisco como el “alfabeto”, la “gramática básica” del ministerio de los obispos, padres y diáconos. El Santo Padre dijo a los fieles en su catequesis de este miércoles 12, dando continuidad a la reflexión de la semana pasada sobre el ministerio episcopal.

Francisco destacó que esos ministerios ordenados constituyen un don de Dios para la Iglesia, como señal viva de Su presencia. Hoy, en especial, él se concentró en lo que es pedido a esos ministros para que puedan vivir de modo auténtico el servicio propio.

CatequesisPapaFrancisco12Nov

Ahí entran las cualidades humanas citadas por Francisco que, según él, se unen a los dones de la fe y de la vida espiritual en el servicio de esos ministros. “Sin esta predisposición a encontrar, dialogar, a relacionarse con los hermanos respetuosamente no es posible ofrecer servicio y testimonio realmente alegre y creíble”, dijo.

El Santo Padre recordó que una actitud de fondo que San Pablo recomienda a todo ministerio pastoral es revivir continuamente el don que fue recibido. Esto significa mantener viva la conciencia de que no se es obispo, sacerdote o diácono por más inteligente que se sea, o por mejor que sea, sino por la fuerza de un don de amor dado por Dios en el poder de su Espíritu para el bien de su pueblo. “Esta conciencia es importante y es una gracia para pedir todos los días”.

Así, un obispo nunca podrá tener un comportamiento autoritario dijo Francisco. La conciencia de que todo es un don de Dios ayuda al pastor a no caer en la tentación de colocarse en el centro de atención y de confiar solamente en sí mismo. “Es la tentación de la vanidad, del orgullo, de la autosuficiencia. Ay de un obispo, de un sacerdote, de un diácono, que crea que sabe todo!

Cuando el obispo, el padre o el diácono es conciente de ser llamado a proteger el depósito de la fe, el se colocará para escuchar a su pueblo y sabrá que siempre tiene algo que aprender, aún con aquellos que pueden estar lejos de la fe y de la Iglesia.
“Siempre debemos ser gratos al Señor porque en el ministerio de los obispos, padres y diáconos, El continúa formando su Iglesia (…) Al mismo tiempo debemos rezar para que los pastores de nuestra comunidad puedan ser imagen viva de la comunión y del amor de Dios”.

De la Redacción
fuente CANCIÓN NUEVA

No hay comentarios:

Publicar un comentario