Jesús tiene poder sobre todas las cosas,
también sobre los ángeles malos.
Además de los ángeles buenos que nos protegen y adoran a Dios, existen los espíritus malignos que están por ahí solo para hacer el mal y crear las peores confusiones.
El primer hecho que San Marcos narra es Jesús entrando en la Sinagoga. En este momento, un hombre se manifiesta y le dice: “Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé que tú eres el Santo de Dios”(Mc 1,24). En varias partes del Evangelio, vemos hechos como este. “Para esto se ha manifestado el Hijo de Dios: para deshacer las obras del Diablo” (1Jn 3, 8b).
Sí, el Hijo de Dios vino para destruir las obras del demonio. También San Pablo dice muy claramente: “Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio” (Ef 6,11-12). Es necesario que Lo lleves a tu casa, que reces mucho, que comulgues y que vayas a Misa, porque nuestra lucha no es contra las personas, sino contra los espíritus malignos.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Fuente Portal Canción Nueva
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