¡Estos dos carismas parecen cosas contradictorias, y son lo mismo! Por un lado, proclamar las maravillas y los grandes hechos del Señor; por otro, perdonar los errores, las deudas y los pecados de los hermanos.
El autor del libro dice: “Sin estos dos dones básicos, nosotros no abrimos abrimos las puertas a los demás dones del Espíritu Santo”. El Padre Nuestro en latín es: “Perdona nuestras deudas”, es decir, existe una deuda, y es el perdón que salda estas faltas. Es un don de Espíritu Santo: perdonar el deudor.
Quien debe algo, me debe a mí, a la comunidad, a nuestro grupo, debe a la Iglesia y a la sociedad. Lo que él hizo es equivocado. Él tiene una deuda, porque perjudico a alguien. Pero el gran don, que viene derecho de Dios, es el perdón de las deudas y de los deudores, que son nuestros hermanos. Por esta razón, el Señor nos esta llamando a vivir este don de forma especial.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
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