jueves, 25 de junio de 2015

BRILLAR

"Es fácil obedecer a Dios cuando las cosas van bien, cuando comprendemos lo que está sucediendo o cuando Dios quiere lo mismo que nosotros queremos. Solamente cuando necesitamos avanzar sin tener todas las respuestas, cuando parece que la vida se descarriló, y Dios nos pide algo que no deseamos es que notamos que obedecer puede ser como un fuego que ilumina, calienta, pero también quema. Quemar recuerda desgaste, sufrimiento y a nadie le gusta sufrir. Pero, ¿qué es desgastarse para hacer la voluntad de Dios? ¿Qué es dejarse consumir?"
Extraído de "Dones de Fe y milagros"Marcio Mendes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario