El mentiroso usualmente termina siendo traicionado por su propia mentira y ésta se convierte en un vicio muy difícil de desterrar
Cuatro amigos de la Universidad se fueron de viaje a parrandear el fin de semana antes de los exámenes finales. La pasaron super bien. Pero después de tanta fiesta durmieron todo el domingo y no regresaron a su ciudad hasta el lunes por la mañana. En lugar de entrar al examen final, decidieron que al terminar el examen hablarían con el profesor y le explicarían la razón por la que habían perdido el examen.
Le explicaron que se habían ido de viaje el fin de semana y que planeaban estar de regreso y estudiar, pero desafortunadamente, "se les pInchó" una llanta cuando venían de regreso, no tenían las herramientas y nadie les había querido ayudar.
Como resultado de la aventura, perdieron el final. El profesor lo pensó y acordó hacerles el final al día siguiente. Los cuatro amigos estaban felices, se habían salido con la suya.
Estudiaron toda la noche y llegaron al día siguiente a hacer el examen. El profesor los puso en salones separados y les repartió a cada uno el test para que comenzaran.
Vieron el primer problema, valía 5 puntos y era muy fácil sobre la historia del mercadeo. "¡Excelente!", pensó cada uno en su salón separado, "Esto va a estar muy fácil"
Cada uno terminó el problema y voltearon la página. En la segunda página estaba escrito: Por 95 puntos… : ¿Cual llanta se ponchó en el viaje?
Reflexión:
Jesús nos dice que "La verdad nos hará libres" (Juan 8,32). También el octavo mandamiento nos invita a decir siempre la verdad. En muchas ocasiones para "salvarnos" de ciertas circunstancias difíciles preferimos mentir y evitar los problemas. Sin embargo, el mentiroso usualmente termina siendo traicionado por su propia mentira. Es que, además de ser un pecado que ofende al Señor, la mentira se convierte en un vicio que luego se hace muy difícil de desterrar. Se convierte en la vía más sencilla de evitar lo que no queremos y de obtener lo que nos agrada, y seguimos caminando de esta forma, adentrándonos más en la oscuridad y, sin darnos cuenta, terminamos construyendo nuestra vida y nuestras decisiones con base en mentiras que en cualquier momento, al ser descubiertas, nos pasarán factura. Esta sencilla historia nos advierte sobre los peligros de este mal hábito.
Es momento de que medites sobre este tema y pienses ¿Qué tanto le estoy dando cabida a la mentira en mi vida? ¿Cuándo me voy a decidir a pedir la gracia de Dios y enmendar el camino para ser siempre sincero conmigo mismo y con los demás? La verdad, por muy duras que sean sus consecuencias, siempre nos libera y nos acerca a Dios. Jesús mismo nos dijo "Yo soy el camino, LA VERDAD, y la vida" (Juan 14,6)
Te comparto 5 versículos bíblicos para reflexionar sobre este tema y pido al Señor que nos decidamos a ser realmente libres viviendo en la verdad:
- Por eso, renuncien a la mentira y digan siempre la verdad a su prójimo, ya que todos somos miembros, los unos de los otros (Efesios 4,25)
- Guarda tu lengua del mal, y tus labios de palabras mentirosas (Salmo 34,14)
- De tus mandamientos he adquirido inteligencia: Por tanto he aborrecido el camino de mentira. (Salmo 119,104)
- El que dice la verdad declara lo que es justo, pero el testigo falso es un impostor (Proverbios 12,17)
- Cuando ustedes digan "sí", que sea sí, y cuando digan "no", que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno. (Mateo 5,37)
Cuento de autor desconocido
Reflexión original de Pildorasdefe.net
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