al orar por vos en la mañana decimos al Padre Bueno.
Oye Padre, vuelve hacia aquí Tu Mirada.
Te alabamos y te bendecimos por lo que a diario siembras y regalas.
Te presentamos a nuestros amigos,
que se sientan amados por Tu Hijo, Jesús.
Que en ése encuentro de amor sepan que para Vos, Padre Amoroso,
ellos son valiosos.
Mira, tal vez perdieron en el camino la capacidad de “sentirse amados”,
porque la lucha en el mundo a veces es cruel,
porque las decepciones a veces son más fuertes.
Padre, que ninguna circunstancia o prueba
los deje abatidos y derrotados;
Que por el contrario, en ellas sepan que estás a su lado.
Porque, como nos has dado muestras,
con Cristo estamos crucificados,
y ya no vivimos más nosotros, sino que Él, el Santo,
Él Vive en nosotros,
Y lo que en la carne se siente,
más se sienta en la Fe
por los méritos de Tu Hijo,
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