No soy tu mejor discípulo. No siempre consigo entender tu mensaje. Algunas veces me canso, me decepciono y miro hacia atrás. Pero, aún así lo que siempre quiero es mirarte y pedirte: no me abandones jamás. Soy una oveja herida, machucada, carente de Tu amor. Preciso mucho de Ti. No tengas en cuenta mis fragilidades ni mis desánimos. Te ofrezco lo que tengo de mejor, te entrego también lo peor de mi como ofrenda de mi naturaleza tan carente de tu presencia.
Jesús, quédate conmigo, aún cuando no siempre yo permanezco contigo!
p. Roger Araujo
adaptación del original en português.
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