martes, 30 de junio de 2015

Buen día, Espíritu Santo!

¡Buen día, Espíritu Santo!
Has sido mi descanso en la noche,
y eres mi descanso en el día;
Gracias porque nunca te marchas,
y sin siquiera pedirlo, te haces presente.
Gracias por Tu capacidad de Amar, de Consolar,
de Confortar, de llenar con Tu Mansedumbre
lo más profundo de mi ser.
Gracias por conducirme a la Verdad,
por ser mi Cielo,
por curar mis heridas,
por romper mis sorderas
y hacer caer las escamas de mis ojos.
Gracias por Tu Amor Personal,
eterno y cariñoso,
Derrama sobre Tu Iglesia,
sobre los que confiados esperan tus mejores regalos,
tus dones y tus carismas,
los que edifican,
los que construyen sobre la derruido;
los que restauran, los que dan crecimiento.
¡Amén!


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