¿Cómo queda la semana después de un Domingo sin Misa?
El Domingo es el Día del Señor “Dominus Dei”, es Suyo. Dios nos da seis días para trabajar y quiere que un sea consagrado a El y a nuestro descanso. Tenemos ese derecho. Quien no respeta eso, no es bendecido, pues desobedece a Dios. El segundo Mandamiento manda “Guardar el domingo y los días Santos”. Ese “guardar” quiere decir dedicar a Dios. Nada de trabajar y de hacer negocios en este día cuando se puede dejar para otro día.
Si hacemos eso tendremos la Gracia y la bendición de Dios para toda la semana que se inicia. El Salmista dice:
“Es inútil que ustedes madruguen; es inútil que velen hasta muy tarde y se desvivan por ganar el pan: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!” (126,2). ¡Mientras duermen!
“¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien. Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa. ¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! (Sl 127, 1-4)
Es pérdida de tiempo usar el Domingo para ganar dinero, cuando no existe necesidad.“Separados de mí, nada pueden hacer.!” (Juan 15,5).
“Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo.” (Ex 20,11). El sábado que representaba el término de de la primera creación es reemplazado por el domingo, que recuerda la nueva creación, inaugurada con la Resurrección de Cristo.
Jesús resucitó entre los muertos “en el primer día de la semana” (Mc 16,2). Mientras que el “primer día”, día de la Resurrección de Cristo, recuerda la primera creación, el “octavo día”, que sigue al sábado, significa la nueva creación inaugurada con la Resurrección de Cristo. Los Apóstoles celebraban la Misa los domingos, “el primer día de la semana” (Hech 20,7 y 1Cor 16,2).
El mártir San Justino (†155) deja un bello testimonio ya en el inicio del cristianismo: “Nos reunimos todos en el día del sol porque es el primer día (después del sábado de los judíos pero también el primer día) en que Dios extrayendo la materia de las tinieblas, creó el mundo y en ese mismo día Jesucristo, Nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos” (Apología, 1,67).
¿Qué es lo que la Iglesia, como portavoz de Dios en la Tierra (Lc 10,16) nos pide? ¿Cómo prepararnos bien?
“El domingo y las demás fiestas de precepto [...] los fieles se abstendrán de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo” (CIC, §2193). Hay muchos casos en que la persona necesita trabajar domingos, como en restaurantes, hospitales, cuarteles, farmacias, etc. Entonces si no es posible ir a la Santa Misa el Domingo, puede ir el sábado en la tarde. El cristiano debe también evitar imponer sin necesidad a los otros, aquello que los impide guardar el día del Señor.
La Iglesia dice: “El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la misa” “Cumple el precepto de participar en la misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde” (CIC, § 2180). Claro que pone motivos muy serios como una enfermedad o el cuidado de bebés, la persona puede ir a Misa en otro día de la semana y en ese día descansar.
Dice el Catecismo que “Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave” (CIC, § 2181). Quien deja de ir a Misa por pereza ofende a Dios. Deja de ofrecer el Santo Sacrificio del Calvario a Dios Padre en agradecimiento por todos sus dones. Es necesario entender que en la Misa se da la actualización del Sacrificio de Cristo en el Calvario. “nuestra redención se vuelve presente”.
El día de Domingo también es para que todos disfruten del reposo y del descanso suficiente que les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa. Es un día para estar con la familia, con los amigos, ayudar a los enfermos, hacer caridad, meditar en las cosas de Dios y cuidar de la vida espiritual.
Por lo tanto, si eres católico, esmérate en tu domingo, haz de él un Regalo para Dios. La recompensa será sin duda una semana bendecida, es por eso que Jesús resucitó en el primer día de la semana.
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