viernes, 7 de noviembre de 2014

La bendición tiene Nombre: Jesús

Apartaré de ustedes toda enfermedad

06/11/2014
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Estamos viviendo una especie de neurosis al creer y sostener que vamos a herir a los otros si decimos la verdad. Jesús siempre decía la verdad y nosotros no nos podemos quedar atrás, necesitamos ser como El, que es camino, verdad y vida.

Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado. Respétalo y escucha su voz. No te rebeles contra él, porque no les perdonará las transgresiones, ya que mi Nombre está en él. Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios. Entonces mi ángel irá delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, los hititas, los perizitas, los cananeos, los jivitas y los jebuseos, y los exterminará. No te postrarás delante de sus dioses ni los servirás; no imitarás sus costumbres, sino que derribarás y harás pedazos sus piedras conmemorativas. Ustedes servirán al Señor, su Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ti las enfermedades; en tu país ninguna mujer abortará ni será estéril, y colmaré el número de tus días.” (Éxodo 23, 20-26 )

Dios, en esta Palabra, está hablando a Su pueblo. Este mismo Moisés, que se encontró con el Señor en la zarza ardiente estaba dejando su propia tierra para ir en búsqueda de la tierra prometida. Junto a él había un pueblo pagano, por eso el Señor les dio todas esas órdenes.

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El dijo: “Servirás al Señor tu Dios y él bendecirá tu pan y tu agua”. Creo que eso también sirve para nosotros en este tiempo de sequía. Veamos a quien hemos adorado, a quien hemos servido. Esta Palabra también afirma que Dios alejará de nuestro medio todas las enfermedades pero necesitamos servirle. La función de un servidor es obedecer a Su Señor.

Hoy sabemos, sea por estudios teológicos, científicos o filosóficos, que no hay solo enfermedades físicas sino también espirituales y psicológicas, las cuales cuando son somatizadas se hacen sentir en el físico de las personas.

Cuando llevaron a Jesús a aquel hombre en la hamaca, el Señor le dijo “Tus pecados te son perdonados”. El hombre fue curado físicamente por causa de una enfermedad espiritual. ¿Estás entendiendo que las enfermedades no son únicamente físicas?

Quiero que leas el Libro de Deuteronomio 7 para entender cuanto Dios nos habla a partir de nuestras actitudes equivocadas. Jesús no anuló el Antiguo Testamento sino que vino a darle un pleno cumplimiento.

No podemos permitir ninguna idolatría, ningún falso Dios en nuestra vida. Aunque haya alguna contaminación que venga de nuestra familia, de nuestros antepasados, eso necesita parar ahora. Somos un pueblo escogido, pertenecemos a Dios. ¿Quieres que tus hijos y nietos sean bendecidos? Adora a Dios. Si hay transferencia de idolatría en tu familia, rómpela ahora.


“Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra de la que vas a tomar posesión, él expulsará a siete naciones más numerosas y fuertes que tú: a los hititas, los guirgasitas, los amorreos, los cananeos, los perizitas, los jivitas y los jebuseos.
El Señor, tu Dios, los pondrá en tus manos, y tú los derrotarás. Entonces los consagrarás al exterminio total: no hagas con ellos ningún pacto, ni les tengas compasión. No establezcas vínculos de parentesco con ellos, permitiendo que tu hija se case con uno de sus hijos, o tomando una hija suya por esposa de tu hijo. De lo contrario, ella apartará de mí a tu hijo y lo hará servir a otros dioses. Entonces el Señor se irritará contra ustedes y en seguida los exterminará. Por eso, trátenlos de este modo: derriben sus altares, destruyan sus piedras conmemorativas, talen sus postes sagrados y prendan fuego a sus ídolos.
Porque tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios: él te eligió para que fueras su pueblo y su propiedad exclusiva entre todos los pueblos de la tierra. El Señor se prendó de ustedes y los eligió, no porque sean el más numeroso de todos los pueblos, al contrario, tú eres el más insignificante de todos. Pero por el amor que les tiene, y para cumplir el juramento que hizo a tus padres, el Señor los hizo salir de Egipto con mano poderosa, y los libró de la esclavitud y del poder del Faraón, rey de Egipto.
Reconoce, entonces, que el Señor, tu Dios, es el verdadero Dios, el Dios fiel, que a lo largo de mil generaciones, mantiene su alianza y su fidelidad con aquellos que lo aman y observan sus mandamientos;pero que no tarda en dar su merecido a aquel que lo aborrece, a él mismo en persona, haciéndolo desaparecer.
Por eso, observa los mandamientos, los preceptos y las leyes que hoy te ordeno poner en práctica. Porque si escuchas estas leyes, las observas y las practicas, el Señor, tu Dios, mantendrá en tu favor la alianza y la fidelidad que juró a tus padres.El te amará, te bendecirá y te multiplicará. Bendecirá el fruto de tu seno, el fruto de tu suelo –tu trigo, tu vino y tu aceite– y las crías de tus ganados y rebaños, en la tierra que él te dará, porque así lo juró a tus padres.
Serás más bendecido que todos los demás pueblos. Nadie será estéril entre ustedes, ni los hombres, ni las mujeres, ni los animales.
El Señor apartará de ti toda enfermedad, y no te infligirá ninguna de esas plagas malignas que envió sobre Egipto, y que tú ya conoces. Las tendrá reservadas, en cambio, para aquellos que te odian.
Deuteronomio 7, 1-15

Mira la importancia de nuestra adhesión a Cristo. El Papa Emérito Benedicto XVI afirma: “Las promesas del Señor superan nuestras expectativas”. Esa Palabra es viva entre nosotros. Aquel que se convierte y busca el amor de Dios no encuentra barreras para las promesas del Señor.

“Alejaré de ti cualquier enfermedad.” Esa es la Palabra de Dios, la promesa para nuestra vida en el día de hoy. Para recibirla, renunciemos a las idolatrías y coloquémoslas bajo la Palabra de Dios.

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El Catecismo de la Iglesia Católica en los párrafos 2110 y 2111, dice:
“El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se ha revelado a su pueblo. Proscribe la superstición y la irreligión. La superstición representa en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión. La irreligión es un vicio opuesto por defecto a la virtud de la religión.”
La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición.

¡Cuántos católicos con billetes de un dolar en la billetera! ¡Cuántos elefantes en las casas! ¡cuántas herraduras, tréboles de cuatro hojas!¡Cuántas personas con miedo de encontrar una gato negro! Todo eso es superstición. Yo tengo fe en Dios, en Aquel que me prometió bendecirme donde coloque las plantas de mis pies.

“No es el Rosario físico, sino la presencia de la Virgen María, lo que nos protege” afirmó el padre Roger Luís. Y existen los que piensan que cuando una imagen se rompe vendrá alguna maldición. Eso no existe, es superstición.

“El primer mandamiento condena el politeísmo. Exige al hombre no creer en otros dioses que el Dios verdadero. Y no venerar otras divinidades que al único Dios. La Escritura recuerda constantemente este rechazo de los “ídolos [...] oro y plata, obra de las manos de los hombres”, que “tienen boca y no hablan, ojos y no ven”. Estos ídolos vanos hacen vano al que les da culto: “Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza” (Sal 115, 4-5.8; cf. Is 44, 9-20; Jr 10, 1-16; Dn 14, 1-30; Ba 6; Sb 13, 1-15,19). Dios, por el contrario, es el “Dios vivo” (Jos 3, 10; Sal 42, 3, etc.), que da vida e interviene en la historia. (Párrafo 2112 del Catecismo de la Iglesia Católica).

Existen personas que idolatran el poder, lo colocan en el lugar de Dios y pisan las personas. Cuantos están haciendo culto del placer, el sexo, la raza, los antepasados, el estado, el dinero. Las personas muchas veces nos acusan de adorar imágenes pero se olvidan que están adorando el dinero.

Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.
(CIC 2116)

No existen católicos espiritistas. No hay compatibilidad entre esas dos cosas. Eso no es prejuicio con las personas pues estoy hablando de Doctrina. “Está determinado que el hombre muere solo una vez y después viene el juicio final” (Hebreos 9,27). Entonces le pregunto: ¿A quien quieres servir?

Padre Roger Luis
Comunidad Canción Nueva – Encuentro de Sanación y Liberación 2014
fuente portal Canción Nueva en español

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