«Zaqueo quería ver cómo era Jesús»
Los ricos deben aprender esto: ser rico no es una falta, pero lo es no saber utilizar sus riquezas. Porque las riquezas, si impiden a los malvados de alcanzar la virtud, también ayudan a los buenos. En todo caso, Zaqueo, que era rico, fue escogido por Cristo, pero dando la mitad de sus bienes a los pobres e incluso reembolsando el cuádruple de lo que había robado de manera fraudulenta. Porque una sola cosa no es suficiente, la generosidad no tiene valor si la injusticia subsiste; lo que se le ha pedido no son los desprendimientos, sino los dones. Es por eso que ha recibido una recompensa más abundante que su generosidad. Y es bueno que haya sido designado como jefe de los publicanos. En efecto, ¿quién podría desesperarse cuando incluso Zaqueo lo ha logrado? ya que Zaqueo sacaba su salario del fraude.
«Y quería ver cómo era Jesús pero no lo conseguía en medio de tanta gente, pues era de baja estatura». Zaqueo, estando en medio de la gente, no ve a Cristo, pero se elevó por encima de la multitud y vio a Jesús. Y Jesús vio a Zaqueo arriba, porque la elevación de su fe lo hizo surgir de entre los frutos de las nuevas obras, como en la cima de un arbol fecundo.
obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario sobre el Evangelio según San Lucas
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