Jesús revolucionó el corazón de todos a quienes encontró a su paso. Las personas sentían que su corazón se zarandeaba en esos encuentros, que su existencia se desempolvaba y recobraba vida. Jesús pasó transformando vidas a base de ternura, alegría, perdón, misericordia y entusiasmo. Estás llamado a continuar esta misión de sembrar vida. Jesucristo necesita de tus manos que abracen, de tus ojos que miren con amor, de tus pies que acompañen a los hermanos.
Súmate a seguir revolucionando corazones para el Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario